Por: Susy Alanis
Todos estamos en cuarentena, tratamos de no salir de casa, no comprar comida de afuera, los estudiantes que vienen del extranjero o que regresaron a sus casas, esperan 12 días para poder abrazar y besar a sus padres y hermanos y hasta parece que es el fin de nuestra vida como la conocíamos.
Y así es, de un momento a otro nos dijeron que ya no habría clases, se detuvieron los comercios, los cines, los teatros cerraron y los establecimientos que siguen a pie solo aceptan la entrada de 10 personas como máximo.
La vida como la conocíamos está en pausa y tal vez no vuelva a ser la misma, pero no es porque estemos encerrados en nuestras casas, ‘sin nada que hacer’, no es porque tomemos clases en línea en nuestra comodidad de nuestra sala o que la pantalla de la computadora consuma de nuestros ojos por estar más de 8 horas en ella. No es porque ya no puedas salir a comerte unas alitas, o a la tienda por tus papas semanales, que aunque sabías que te hacían mal, lo veías como una recompensa.
El motivo perfecto de esta incontinencia es la solidaridad, el reforzamiento del amor, la tolerancia y la reflexión.
No te agobies porque estás en casa, se feliz porque por fin detuviste la ceguedad que te otorgó la cotidianidad. Ve a tu alrededor. Estás con tu familia.
¿Cuántas veces has abrazado a tus padres, cuántas veces a tus hermanos (o primos o abuelitos si eres hijo único)? Este es el momento exacto para convivir y demostrarles el amor que les tienes. Jueguen un juego de mesa, como se hacía antes, compartan chismes familiares, debatan, enojense si quieren pero que no les impida a volver a estar bien entre ustedes… Empieza a vivir. Perdona y deja perdonar.
Conoce a tus antepasados a través de relatos, pídele a tu mamá que te enseñe tu receta favorita y la de las demás, a tu padre que te enseñe a arreglar algo, porque no sabes cuándo va a ser la última vez que los vuelvas a ver así. Parecen siglos, pero te aseguro que se siente como la velocidad de la luz que solo los recuerdos pueden alentar.
Dedícale tiempo consciente a las personas que se encuentran a tu alrededor, porque encontrarás cosas maravillosas que ni te imaginabas que existían.
Lee con ellos, vean películas, escuchen música juntos, apapachense porque esto va a durar y no solo por estos meses.
La vida como la conocíamos va a acabar, pero no va a ser para mal, sentirse mal por el encierro es porque te falta convivir con las personas indicadas. Aléjate de un momento de los memes y comparte tu tiempo con los que estabas más pero menos prestabas atención.