Loving Vincent: una obra maestra.

Por: Claudia Aceves

Se puede afirmar con certeza que Vincent van Gogh es, actualmente, uno de los artistas más reconocidos y admirados por tan sublimes obras que ahora, son punto de distinción en diversos museos alrededor del mundo. 

No obstante, aquel pintor neerlandés postimpresionista no fue reconocido hasta tiempo después de su muerte y encontradas sus grandes obras. Sufrió de una vida en la miseria, siendo en ocasiones mantenido por su hermano Theo, viviendo en la calle y, con el tiempo, enfermando y siendo internado en un instituto de salud mental; finalmente, perdería la batalla contra sí mismo. 

Gracias a las diversas cartas que le mandaba Vincent a su hermano Theo, conocemos un poco de su pensamiento, la prioridad que tenía el arte en su vida, su pasión y la delgada línea que lo separaba de la locura, sin embargo, sigue siendo un enigma gran parte de su vida. 

Ello impulsaría a Dorota Kobiela y Hugh Welchman a realizar arduamente una investigación para resolver el gran misterio de la vida de Van Gogh: su muerte.

La investigación de los directores anteriormente mencionados tenía el fin de compartir sus resultados con el mundo mediante un cortometraje, no obstante, con el paso del tiempo y visitas a museos decidieron realizar un largometraje compuesto por pinturas animadas. 

La producción del proyecto mencionado tomó 10 años para su finalización en 2017, donde relata la historia en 1891 – un año después de la muerte del pintor – de Armand, hijo de Roullin (cartero de Van Gogh), el cual debe de entregar una carta de Van Gogh a su hermano Theo. Armand emprendería un viaje para encontrar a Theo y comprender la misteriosa muerte de Van Gogh mediante los testimonios de habitantes del pueblo.

Cada fotograma del largometraje es un cuadro pintado al óleo tratando de replicar el estilo del pintor como homenaje al mismo. Con una duración de 80 minutos, el largometraje contiene 65,000 fotogramas pintados por 125 pintores que recibieron un entrenamiento de 180 horas para comenzar el programa. 

Cada segundo está compuesto por 12 pinturas y en algunos casos, tomaba a los pintores 10 días completar tan sólo un segundo de estos. 

El producto final ha sido condecorado con 10 premios y 37 nominaciones y, sin duda alguna, ha pasado a la historia como el primer largometraje de pinturas animadas, manifestando la importancia del arte, los sacrificios que conlleva y la presencia que sigue teniendo en nuestros días. 

Loving Vincent: una obra maestra.

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