Futuro

Sara Lischinsky

En el último tramo de la carrera comenzamos a preguntarnos qué pasará, incluso es como si todos a nuestro alrededor sintieran una repentina curiosidad por nuestras vidas y lo que haremos con ellas, y no paran de hacernos preguntas que perduran en nuestras cabezas ¿En dónde trabajarás? ¿Te vas mudar o te quedarás en Querétaro? ¿Quieres emprender un proyecto o trabajarás para alguien? ¿Para cuándo la boda? ¿Vas a irte a la aventura y viajar? ¿Cuánto esperas ganar cuando egreses …?

Claro que tenemos expectativas del futuro o lo que habrá en él para nosotros pero también es cierto que muchas de esas expectativas pueden no ser nuestras. Hay ciertas “expectativas sociales del éxito” y de los roles que “debemos” cumplir para ser considerados exitosos, pero ¿son éstas creencias mías o sólo son comportamientos aprendidos en los años? Desde que soy pequeña escucho a las personas a mi alrededor (amigos, familia o hasta en redes sociales) diciendo que hay ciertos pasos por cumplir en la vida, cosas que debemos hacer para ser “felices y exitosos”, y son lo que yo ahora llamo “cajas sociales del éxito”. 

Parece que nos preparan para ir cumpliendo estos pasos y poder tacharlos en una lista: promedio de excelencia, graduación, cuerpo perfecto, comer saludable, hacer ejercicio, tener muchos amigos, novi@ perfecta, matrimonio, viajar y conocer el mundo, trabajar con dedicación, ganar cierta cantidad de dinero, tener hijos, etc.

Creo que hay que parar de vez en cuando y preguntarnos ¿Qué quiero YO? y escucharnos realmente. Ser un poco “egoístas” y pensar en nosotros por un momento; y si finalmente lo que queremos es cumplir con esa lista, ¡perfecto! Pero porque nosotros queremos hacerlo y no hacerlo porque “es lo que se tiene que hacer” o “es lo que toca ahorita”.

Siento que muchas veces nos movemos en piloto automático. Hay tantos compromisos, deberes y cosas por resolver que se nos olvida escucharnos y conocer lo que queremos. Pienso que hay que soñar un poco y descubrir qué es aquello que nos saca esa mueca en la cara que llaman sonrisa.

Puede que descubramos cosas que queremos hacer que nunca nos habíamos planteado, o al menos así ha sido para mí. Y claro que da miedo, es aterrador muchas veces saltar a lo desconocido, atreverse a hacer algo diferente que no estaba planeado, enfrentarse al dilema de no saber qué pasará y al ¿y si no funciona?

La verdad es que puede que salga mal, obviamente, pero si no lo intentamos ¿cómo aprendemos? Echarlo a perder es parte de la vida, solo hay que darnos palmaditas en la espalda, perdonarnos (muy importante) e intentarlo de nuevo. Al fin y al cabo, vamos a comenzar a construir nuestra vida ¿no?

Como dijo Heráclito alguna vez “Lo único constante en la vida es el cambio”. Hagamos comunidad y coméntanos ¿Cuáles son tus planes a futuro? ¿Qué sueños tienes?

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